Mensajes en una botella.
Primero.
Debía gritar, reír, bailar... Debía soñar. Tener claro que por muchas nubes que hubiera, después de la tormenta siempre viene la calma. Y que esa calma, significaba un nuevo día, un nuevo despertar, una nueva oportunidad; que si me levantaba con una sonrisa y con ganas de comerme el mundo ni la nube más oscura lograría hacer desaparecer mi sonrisa, y con ella mis ganas de felicidad.
Abrí los ojos y vi que el cielo me sonreía, que todo había
sido un sueño. Lo tenía claro; debía luchar por aquello en lo que creía debía
vivir, saltar, equivocarme, volverme a equivocar y levantarme mil veces para
aprender, para seguir viviendo.
Debía gritar, reír, bailar... Debía soñar. Tener claro que por muchas nubes que hubiera, después de la tormenta siempre viene la calma. Y que esa calma, significaba un nuevo día, un nuevo despertar, una nueva oportunidad; que si me levantaba con una sonrisa y con ganas de comerme el mundo ni la nube más oscura lograría hacer desaparecer mi sonrisa, y con ella mis ganas de felicidad.
Nunca está de más un poco de cordura entre tanto caos, si es en forma de calma mucho mejor.
ResponderEliminarAprender a sobrellevar la calma es una tarea pendiente para mi, soy amante del caos. Gracias por tu comentario RescueSmiles :)
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