Vacío

Hoy os traigo el vacío en una entrada. Nuestros miedos, o al menos, los míos. 
Espero que os guste, y que me dejéis vuestra opinión en los comentarios.
Como siempre, 
GRACIAS POR LEER.





***

Todos, alguna vez, hemos querido ser astronautas.
Vivir en ese espacio infinito, sentirnos importantes, únicos.
Mirar la Tierra, a miles de kilómetros, y sentirnos grandes, poderosos.
Comprobar si el negro es el más oscuro de los negros.

Y yo, yo también.
Sin embargo, hace mucho tiempo que tuve que dejar de soñar con los pies en la luna, y plantarlos en la realidad.
La cruda y dura realidad.

Me dijeron que podía ser lo que quisiera, y qué difícil es ser astronauta.

Llegar a lo más alto, siempre cuesta,es duro y, en mi opinión, peligroso.

¿Es un astronauta feliz?

Imagina el vacío que tiene que sentir en esa soledad, querer hablar con alguien, y que solo le responda la nada, el silencio.
Intentar avanzar e ir sin gravedad.

Ahora imagina ser un ciudadano cualquiera.
Vivir rodeado de gente, de edificios, de establecimientos, de compañeros, y sentirte solo, solo pero acompañado de miles de personas más.

La ironía del universo, cuanto menos solo estás más te acecha la soledad.

No entiendo de astronautas, pero entiendo de sentirse solo.

Puede que lo anterior  solo sea una metáfora. Una realidad, o no, que oculta una realidad mucho peor.

Puede que necesite huir, y el único sitio que se me ocurra sea la inmensidad del espacio, donde nadie pudiera estar, solo yo en la inmensidad del silencio.

Miedos infundados en realidades que, en ocasiones, nos imaginamos.
Puede que tengamos miedo a la soledad porque no hemos intentado disfrutar de ella, encontrar en ella lo que nos llene, lo que nos haga fuertes.
Es la parte más dura de la soledad; saber ver en ella tu propia esencia, saber compartir con alguien esta soledad, saber llevarla más allá. 
No dejar que nos domine, no dejar que nos consuma su miedo, nuestros temores. 


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